A Alfonso, que me ha invitado a entrar
por la puerta verde del séptimo andar.
A todos los poetas que he encontrado
allí, entrando por la misma puerta.
Na porta verde do sétimo andar
hay un duende inquieto que me guiña un ojo
mientras yo me duermo y en mi sueño acojo
los versos que escapan queriendo jugar.
Estrella bohemia el duende me nombra
me invita a su juego de palabras quietas
el duende me mima, me ríe, se asombra,
y esa noche reposo serena entre poetas.
Hogar de bohemias y libres lecturas
pasas “Lenda Moura” por entre mis líneas,
rompiendo la ira de oscuras Erinias
envuelta entre sedas y tiernas criaturas.
Poemas, poetas; de ideas manojos,
creativas noches cual lunas de mar,
viernes que mis versos escuchas cantar,
en tu andar desnudo pasados cerrojos
O trasno do bosque que un ojo me guiñas
Y en horas de insomnio despacio me duermes,
inconcluso letargo donde espectros verdes
estremecen un suelo sembrado de viñas.
Si me pierdo deténganme al borde
del abismo donde quiera lanzarme
porta verde que mi infancia desborde
y a mi misma permita abrazarme.
De palabras gallegas me envuelves
en tu umbral me despierto y te canto
¡ay Galicia que tierna te vuelves
si me arropas sublime en tu manto!
Me recibes, me observas, me alojas,
porta verde do sétimo andar
en tu marco me quiero quedar
pues de mí ni de mí me despojas.
Que agasajo apacible recibo
de esos bardos que en tu puerta moran,
son tus versos el canto más vivo
que mis ansias cubanas devoran.
Orisel Gaspar
Vigo. Galicia. 2005
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